Disciplina
¿Qué es y para qué sirve la disciplina?
La disciplina, pues, es una virtud moral asociada a la capacidad para llevar una vida ordenada en concordancia con nuestros principios, deberes, objetivos y necesidades, y en observancia de las normas de comportamiento social. … Disciplina también puede hacer referencia a la mera acción y efecto de disciplinar.
¿Qué es tener disciplina?
Una persona disciplinada es aquella persona ordenada con sus hábitos y que trata de involucrarse y tener un compromiso con lo que se decide que va a hacer. … Tener disciplina implica tener un orden. El concepto disciplina proviene del latín y hace referencia a la capacidad para dominar los impulsos.
¿Que nos enseña la disciplina?
La disciplina es una parte necesaria de la infancia porque enseña a los niños conceptos importantes como la autoridad, el acatar las normas, el autocontrol y la responsabilidad. La disciplina no tiene por qué restar espontaneidad, felicidad o alegría a nuestros hijos.
El poder de la disciplina: 11 ejemplos
- Disciplina para cumplir las normas y hacer las cosas bien, al 100%, cada vez, cada día. Cumplir al 97%, por ejemplo, no es suficiente cuando se trata de calidad en el servicio o el producto ofrecido. La excelencia y la calidad requieren de mucha disciplina y compromiso con el cliente.
- Disciplina personal para honrar la palabra dada y no romper acuerdos. Para mantener la coherencia y no transgredir nuestras propias normas, todo ello es vital para lograr una reputación impecable.
- Disciplina para focalizarse en aprender más rápido, para no caer en la trampa del éxito, del conformismo, la flojera o la arrogancia. Para esforzarnos en innovar con mejores versiones de nosotros mismos, de nuestros servicios y productos.
- Disciplina para mantener la línea ética personal y organizacional. Para evitar los conflictos de interés y la “ética elástica” y, sobre todo, para decir NO enfáticamente cuando toca hacerlo.
- Disciplina mental para sostener una línea de pensamiento, desarrollar ideas consecutivas y planear el futuro. Para escribir las metas y objetivos, para agendarlos y darles seguimiento metódicamente.
- Disciplina para controlar nuestros pensamientos: nos convertimos en lo que pensamos.
- Lo obvio: disciplina para cuidarse y respetarse a uno mismo, comer sano en cada bocado, para hacer ejercicio rutinariamente, leer más, aprender cosas nuevas, desarrollar la mente y su plasticidad. Eso de “mañana empiezo” no funciona.
- Disciplina para ahorrar: aprendí que uno es “rico” no por lo que gana, sino por lo que no gasta.
- Disciplina para perseguir los sueños sin bajar la guardia al conformismo, para no abandonarlos cuando se ponen más difíciles o parece que se alejan.
- Disciplina para no cambiar de rumbo a cada rato, para perseverar pese a las dificultades o limitaciones. Disciplina para mantener el foco y la mirada puesta en la meta.
- Disciplina para no huir del trabajo y del esfuerzo. Para no caer en la mediocridad, el engreimiento o las excusas facilistas. Para hacer el trabajo duro, pagar derecho de piso y hacerlo bien, cada día.
Por todo esto y mucho más, es muy importante invertir en desarrollar y fortalecer nuestra disciplina, en lo personal y lo profesional. Y es que su poder es inmenso para ayudarnos a cumplir la visión, misión, metas y sueños de las naciones y las organizaciones y, por supuesto, las nuestras profesionales y personales.
¿Por qué debo tener disciplina?
Ser disciplinados nos lleva a ser adaptados socialmente a desarrollar una autoestima fuerte, a tener confianza en nosotros y a tener una sólida estructura emocional.
16 claves para aplicar la disciplina positiva en niños según su edad
1. Modelarle con tu ejemplo
Los bebés aprenden lo que ven, por lo que tu ejemplo es clave. Cuida mantener tu tono de voz suave, trata de no perder el control de las situaciones y procura ser un permanente modelo positivo para él.
2. Distraerlo
Si tu bebé está llevando a cabo alguna conducta peligrosa o lo ves a punto de hacer un berrinche por algo que desea o que ha perdido de vista, prueba a distraerle súbitamente con algún estímulo nuevo. Verás que es bastante fácil y puedes ahorrarte un momento de llantos y regaños. Ambos lo agradecerán.
3. Cuidar el lenguaje
Trata de reservar el ‘no’ para situaciones muy peligrosas o indeseadas; para lo demás trata de usar frases en positivo.
4. Ser consistente
Las cosas que un bebe tiene permitidas y las que no, no pueden depender de nuestro estado de ánimo. Por ejemplo, si no le permites jugar con el control remoto de la televisión, no debes permitirlo en ningún momento, aunque sea para distraerle; asegúrate de cambiarlo por algún juguete que pueda usar siempre.
Cómo educar en positivo a niños entre 1 y 3 años:
Según los niños van haciéndose mayores, debemos incorporar otras estrategias de disciplina positiva que respondan a su comportamiento y nivel de desarrollo. Ten en cuenta los siguientes consejos.
5. Mantenerte firme
Normalmente conforme van creciendo, los niños empiezan a probar lo que está permitido y lo que no. No se trata de algo que hagan para sacar lo peor de ti, sino simplemente están experimentando. Mantente firme en los comportamientos NO permitidos y trata de distraerle con otra cosa para no dejar que avance a una situación más complicada.
6. Anticiparte
Mantente atento a reconocer las señales que preceden un berrinche y trata en la medida de lo posible adelantarte a ellas. Hay momentos clave, como cuando tienen hambre o sueño o se encuentran muy cansados.
7. Ignorar los comportamientos negativos
Una vez que le has dejado claro que no puede hacer determinada cosa, como jugar con algo peligroso, él probablemente empezará a llorar o a tener una rabieta. Asegúrate de que no se haga daño y prueba a ignorar ese comportamiento si es posible; esto muchas veces hará que la conducta se extinga sola.
Disciplina positiva en los niños de 3 a 5 años:
Si tiene un hijo de 3 a 5 años, debes tener en cuenta las siguientes claves. Poco a poco, el pequeño puede ir asumiendo más y más tareas y le gustará sentirse involucrado en el funcionamiento del hogar.
8. Asignarle una responsabilidad
A pesar de su corta edad, es momento de asignarle alguna tarea que sea capaz de realizar de forma consistente. Esto ayudará a hacerle sentir útil y empezar a tener claro que es responsable de algo como alimentar al perro, regar las plantas, poner los manteles, etc.
9. Darle oportunidad de tomar decisiones
En las situaciones que sea posible, dale a escoger entre varias alternativas como prendas de ropa, platillo a elegir en un restaurante, etc. Esto le ayudará a ser más seguro y entender que hay cosas en las que puede elegir y otras que no están abiertas a discusión.
10. No darle explicaciones eternas
A estas edades normalmente los niños cuestionan por qué deben hacer ciertas cosas. Explícaselo una vez claramente, pero después mantente firme y ahórrate repetir una y otra vez las mismas frases; cámbialas por ‘ya te lo he explicado y no lo vamos a discutir más’.
11. No discutir con él en pleno berrinche
No pretendas que en medio de un berrinche tu hijo pueda entender tus razones. Espera a que se haya calmado para hablar con él sobre lo que estuvo mal; será mucho más receptivo.
12. Utilizar cuentos y películas para modelarle comportamientos y valores
Esta es una edad maravillosa para, a través de cuentos y películas, modelarle comportamientos, valores y formas positivas de conocer y manejar sus emociones.
Consejos para educar a niños entre 6 y 12 años:
Conforme van creciendo, los niños van demandando distintos tipos de atenciones y se enfrenta a problemáticas diferentes. Los padres les debemos acompañar teniendo en cuenta los siguientes consejos de disciplina positiva.
13. Dejarle claros los ‘privilegios’ con los que cuenta
En vez de usar la palabra ‘castigo’ hazle saber continuamente los privilegios de los que goza por su buen comportamiento, como ver la TV, jugar con la tablet, salir a jugar fuera, etc. De esta forma, en los casos en los que cometa una falta significativa, esos ‘privilegios’ serán suspendidos por un tiempo, hasta que se los vuelva a ganar.
14. Ayudarle a analizar las situaciones
Siempre que haya oportunidad, ayúdale a encontrar la relación entre algo que hizo y lo que vino después; ya sea que se trate de algo positivo o negativo. A veces entender esa relación aún les es difícil, aunque a nosotros nos parezca obvio.
15. Encargarte de que entienda la relación entre el esfuerzo y la recompensa
No le des todo lo que desee. Cuando quiera algo, ayúdale a definir una meta para conseguirlo.
16. Dejarlo que se frustre
Frustrarse porque algo no le sale a la primera o por no tener todo lo que desea es parte de la vida y no les somos de ayuda si les evitamos continuamente estos sentimientos. La mejor manera de desarrollar en tu hijo la tolerancia a la frustración es precisamente dejar que la sienta y motivarlo a seguir intentándolo o a esperar por algo que quiere (lo bueno, cuesta).
Hay muchas formas de aplicar con nuestros hijos disciplina positiva y disfrutar del proceso. La calma y el autocontrol son nuestros mejores aliados. Estos son esenciales para poner límites a los niños desde el respeto y la empatía.
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